Esta
corriente deriva del arte abstracto que se origina en Estados Unidos y en
Europa teniendo gran difusión al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Los
artistas de este movimiento de revelan frente a las corrientes constructivistas
y formalistas. En sus obras se proponen reflejar y liberar el misterioso mundo
del inconsciente, autor de la creación. El artista se deja llevar por sus
impulsos y elabora sus composiciones sin importar el orden de los elementos.
Algunos
reflejan su emoción nerviosa mientras que otros un mundo silencioso y quieto.
El
término "informalismo" tiene sus orígenes en el año 1952 como
consecuencia de una exposición organizada por Michel Tapié. Sin embargo se le
ha atribuído diversas denominaciones: "tachismo" o
"manchismo", expresionismo abstracto, "action-paiting"
(pintura-acción), pintura gestual, "art-autre" (arte distinto) y
pintura matérica.
Tiende
a la forma irregular e imprecisa y se opone a la imagen tradicional, de
estructura geométrica y precisa.
La
materia ocupa un papel fundamental y se aplica utilizando técnicas poco
comunes: se lanza la pintura al azar y se deja chorrear. Se emplea desde el
óleo hasta el cemento, también arpilleras, maderas y chapas.
Este
movimiento lleva a cabo sus primeras exposiciones en la Argentina en el año
1959 en la Galería Van Riel. Olga Lopez, Kenneth Kemble, Alberto Greco, Mario Pucciarelli,
Fernando Mazza y Enrique Barilari son sus participantes.
Más
tarde en el Museo Sívori figuran Luis A. Wells, Jorge
Roiger y Towa.
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